Este resultado se obtuvo a través de la recopilación de números recaudados que fueron publicados por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), que muestra un desplome económico similar al del año 2020; los datos aportados por la Secretaría de trabajo de la Nación de los despidos en el sector privado; del Banco Central (BCRA) que publicó el detalle de 350.000 cuenta sueldos menos y la información de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP).
Para analizar esta situación se consultó a la representante de CGERA provincia de Buenos Aires, Sandra Rey, quien lamentó esta terrible situación que afecta al país y expresó: “Cuando hay recesión lo primero que hace la gente es dejar de consumir en lo gastronómico, turismo y otros productos. Por eso, ante esa baja de consumo sostenida, sumado a los aumentos de los servicios, subas de alquileres se tiene como lamentable resultado que hay muchísimos emprendedores, productores y pequeñas pymes que no pueden sostenerse”.
Y ejemplificó: “La obra pública se detuvo, empresas constructoras que dan trabajo a tanta gente actualmente no funcionan y es un área clave que mueve la economía y genera empleo, y esos trabajadores son los que favorecen el crecimiento del mercado interno y son las familias que salen a consumir. Pero, al encontrar estar actividad paralizada, el resultado es la destrucción del ingreso y la baja en el consumo, factores negativos que provocan el cierre de pequeñas y medianas empresas que en este contexto tan desfavorable y adverso no pueden sostenerse”.
“La industria y producción nacional es un círculo virtuoso que cuando empieza a funcionar funciona toda la cadena, pero cuando hay perdida de trabajo en algún sector repercute negativamente en todos los demás y es lo que está pasando en este momento”, explicó.
Ante esta situación, aseguró que el sector Pyme, se encuentra “trabajando unido para visibilizar la situación y que el gobierno nacional entienda que debe proteger la industria, porque esta situación trae pérdida de puestos de trabajos, son empleos que no se recuperan y queda mucha gente desprotegida que no encuentra dónde poder insertarse laboralmente nuevamente”.
Finalmente, graficó que esta situación que atraviesan las pequeñas y medianas empresas, “afecta también a lo que llamamos el primer empleo, ese chico de barrio que se acercaba a la pyme para capacitarse en un oficio ya no tiene el espacio para poder hacerlo, porque la situación de peligro constante lo que hacen las empresas es concentrarse en proteger el empleo de sus trabajadores y no toma más gente”.
Finalizó: “De esta manera, el pibe o piba de barrio ya no cuanta con ese espacio de capacitación y contención y queda desamparado ante los peligros de la calle”.