El reconocimiento del cuerpo se logró en base a un tatuaje con el símbolo de “Chevrolet” que llevaba la mujer en uno de sus antebrazos y la vestimenta que llevaba puesta antes de desaparecer. Estaba desaparecida desde hace diez días.
Susana Cáceres (42) fue encontrada este viernes asesinada junto al Río Reconquista en el partido de Ituzaingó tras haber permanecido desaparecida desde hacía diez días cuando salió de su casa de la localidad de Villa Trujui, municipio de Moreno. El informe preliminar de autopsia determinó en la noche de este viernes que la víctima fue asfixiada, apuñalada y golpeada en el cuerpo y en la cabeza, informaron fuentes policiales y judiciales.
El hallazgo del cuerpo
El hallazgo ocurrió pasadas las 13 en medio de pastizales, a la vera del río Reconquista, a metros del Camino del Buen Ayre, en jurisdicción de ese distrito de la zona oeste del conurbano, y el cuerpo fue reconocido por sus familiares.
Las fuentes informaron a Télam que el reconocimiento se logró en base a un tatuaje con el símbolo de “Chevrolet” que llevaba Cáceres en uno de sus antebrazos y la vestimenta que tenía puesta antes de desaparecer.
En tanto, el informe preliminar de la autopsia determinó en la noche de este viernes que la víctima fue asfixiada y que su cadáver presentaba múltiples heridas punzocortantes, hematomas en distintas partes del cuerpo y un golpe en la cabeza con un objeto contundente.
Asimismo, los forenses estimaron en principio una data de muerte de 7 a 10 días, añadieron los voceros consultados.
Adriana, una prima de Susana, agradeció en declaraciones a la prensa “al personal policial y a los medios de comunicación” por el tratamiento que se le dio al caso, y afirmó que “ahora comienza otra etapa para aclarar todas las dudas”.
Fuentes judiciales informaron a Télam que la fiscal Luisa Pontecorvo, jefa de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 3 del Departamento Judicial de Moreno-General Rodríguez, quien investigaba desde el martes 8 de noviembre pasado la desaparición de Cáceres (42), acudió al lugar del hallazgo para coordinar el trabajo policial.
Los investigadores detallaron a esta agencia que el cuerpo fue encontrado durante un rastrillaje que había sido solicitado por la fiscal y realizado por personal de la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) de Moreno en una zona de pastizales junto al lecho del río, a unas 20 cuadras de la casa de la víctima.
Hasta allí llegaron decenas de policías, buzos tácticos, bomberos y perros adiestrados que comenzaron a “peinar” un predio que, si bien tenía sectores alambrados, era de acceso público.
Pocos minutos después de iniciado el rastrillaje, los policías encontraron el cadáver, dijeron las fuentes consultadas.
La sospecha de los investigadores es que se trata de una escena secundaria, es decir que la pudieron haber matado en otro lugar y arrojado el cadáver donde finalmente fue encontrado.
Los allanamientos
El rastrillaje en esta zona del partido de Ituzaingó se realizó horas después de que se allanaran dos domicilios, uno de ellos en la casa del detenido Alejandro Alberto Peralta, expareja de Cáceres, ubicada en la calle Maza al 2300, del barrio Lomas de Mariló.
En tanto, el otro allanamiento, en el mismo barrio, se desplegó en la casa de un amigo de la mujer con la que testigos dijeron haberla visto por última vez.
Durante la jornada del miércoles, perros adiestrados que buscan personas vivas marcaron la cancha de fútbol ubicada sobre la calle José Hernández de la localidad de Villa Trujui, a unas siete cuadras de la casa de Cáceres, por lo que los familiares mantenían cierto optimismo en que pudieran encontrarla con vida.
Sobre la expareja de Cáceres, Peralta, detenido por portar una pistola calibre .45 con la numeración limada -pero no por la desaparición de Cáceres-, los voceros contaron que se negó a declarar ante el fiscal Federico Soñora, que lleva la causa por tenencia ilegal de arma de guerra.
El caso de Susana
Susana Cáceres, madre de cuatro hijos, de tez trigueña, cabello largo color rubio, de 1,50 metros de altura y con tatuajes en ambos brazos, una pierna y una mano, salió de su casa de la localidad de Villa Trujui el martes 8, cerca de las 16, y dejó a la menor de sus hijas, una beba de un año y medio, al cuidado de su madre.
“Ahí vengo má”, le dijo a la mujer antes de ir a pagar una deuda por unos electrodomésticos que había comprado la semana anterior.
La última vez que fue vista fue la madrugada del miércoles 9 de noviembre, en el barrio de Mariló, en Moreno, y vestía un short de jean azul y zapatillas negras.
Ante testimonios que indicaron que la mujer estaba con unas personas a bordo de una camioneta se secuestró el vehículo y fueron citados a declarar su expareja y los hermanos de ésta.
A su vez, los policías bonaerenses realizaron rastrillajes en cuatro lugares de Moreno: el domicilio de Cáceres, el de Peralta, la canchita “Los Apaches” y el barrio Candia.
Además, los pesquisas realizaron el relevamiento de cámaras públicas y privadas y sobre sus redes sociales, para conocer sus movimientos previos a la desaparición, aunque por el momento sin resultados.