El Consejo General de Cultura y Educación de la Provincia de Buenos Aires aprobó este lunes un proyecto de Ley que modifica tres aspectos fundamentales de la educación.
La primera medida que cambiará en la provincia será la instancia de exámenes. En esta ocasión, se implementarán instancias de intensificación para acreditar materias en lugar de las tradicionales mesas de examen.
Asimismo, los otros dos aspectos se relacionan al sistema de evaluación y la organización en cuatrimestres. El primero, buscará calificar conceptualmente la trayectoria de los estudiantes como “avanzada” (TEA), “en proceso” (TEP) o “discontinua” (TED) mientras que la segunda es que habrá tres trimestres en vez de dos cuatrimestres.
El proyecto fue presentado por la Dirección General de Cultura y Educación (DGCyE), encabezada por Alberto Sileoni, al sostener que son medidas que ya se vienen implementando desde hace tres años con la llegada de la pandemia.
De esta manera y tras su aprobación los tres aspectos, comenzarán a aplicarse desde este ciclo lectivo 2023. Esta aprobación trajo consigo diversas críticas en torno a las calificaciones y la negativa evolución que tendrá el alumno al no afrontar la fecha de exámenes.
Ante estos reclamos desde la DGCyE confirmaron que seguirán vigentes el mismo régimen académico, la calificación numérica para aprobar materias y el sistema de promoción con dos materias pendientes como máximo.
El documento presentado por la dirección indica que los meses de diciembre, febrero y marzo ahora serán una “instancia de evaluación en las que los docentes despliegan una serie de estrategias pedagógicas de evaluación, como orales, escritas, trabajos prácticos, etc., pero de todas formas, las comisiones evaluadoras siguen vigentes para las materias pendientes”.
Con respecto a la modificación de cuatrimestre a trimestres los voceros de DGCyE subrayaron: “En general, es algo muy valorado por los docentes, ya que les otorga un tiempo más prolongado para la planificación de la enseñanza”.
Sobre el aspecto de calificación manifestaron: “Fue empleado como una estrategia de evaluación en la situación inédita de la pandemia, y contribuyó a elaborar un registro nominal de todos los estudiantes que permitió el acompañamiento y seguimiento de sus trayectorias educativas, a la vez que estableció quiénes requerían realizar períodos de intensificación de la enseñanza. Consideramos que describe más exhaustivamente las trayectorias de los estudiantes, exhibe aquello que no aprendieron y por qué. De todas formas, la calificación numérica se sigue utilizando al aprobar la materia a fin de año o bien al cierre del ciclo lectivo en febrero”.