El presidente Javier Milei habló en el Foro Económico Mundial de Davos, la cumbre que reúne cada enero a más de 3 mil líderes globales para analizar los retos estratégicos y fomentar la cooperación entre naciones.
En su exposición, el jefe de Estado arremetió sin contemplaciones contra la “ideología woke” y cuestionó a foros (como el de Davos) y organizaciones que impulsan la agenda del progresismo global que -según su visión- han distorsionado los valores históricos de Occidente.
“Lo que parecía una hegemonía absoluta a nivel global de la izquierda woke en la política, en las instituciones educativas, en los medios de comunicación, en organismos supranacionales o en foros como Davos, se ha ido resquebrajando”, marcó.
“La ideología woke es un virus mental. Esta es la gran epidemia de nuestra época que debe ser curada, es el cáncer que hay que extirpar”
Y se refirió al gesto nazi que realizó ″Elon Musk durante una presentración y Milei opinó que fue “injustamente vilipendiado por el wokismo por un inocente gesto que lo único que significa es su gratitud con la gente”
“El wokismo es un régimen de pensamiento único, sostenido por distintas instituciones cuyo propósito es penalizar el disenso, feminismo, diversidad, inclusión, equidad, inmigración, aborto, ecologismo, ideología de género, entre otros, son cabezas de una misma criatura cuyo fin es justificar el avance del Estado mediante la apropiación y distorsión de causas nobles”, sostuvo.
En cuanto a la era de un mundo que se inclina por la paz, e intenta trabajar colectivamente para erradicar la violencia afirmó: “Todo esto se incubó y desarrolló de forma cada vez más notoria durante las últimas décadas; después de la caída del Muro de Berlín, los países libres se empezaron a autodestruir cuando se quedaron sin adversarios por derrotar. La paz nos volvió débiles, fuimos derrotados por nuestra propia complacencia”
En cuanto a la violencia por cuestiones de género lanzó: “El feminismo radical es una distorsión del concepto de igualdad ante la ley. Todo lo demás es búsqueda de privilegios, que es lo que el feminismo radical realmente pretende. Llegamos a normalizar que en muchos países supuestamente civilizados, si uno mata a la mujer se llama femicidio, y eso conlleva una pena más grave que si uno mata a un hombre solo por el sexo de la víctima; legalizando, de hecho, que la vida de una mujer vale más que la de un hombre”.
Y de manera liviana, sin datos ni estadisticas que tienen años de investigación, opinó: “En sus versiones más extremas, la ideología de género constituye lisa y llanamente abuso infantil: son pedófilos. Están dañando irreversiblemente a niños sanos con tratamientos hormonales y mutilaciones, como si un menor de 5 años pudiera prestar su consentimiento a semejante cosa. Y si ocurriera que su familia no está de acuerdo, siempre habrá agentes del Estado dispuestos a interceder en favor de lo que ellos llaman el interés del menor”.