La Confederación General del Trabajo (CGT) mostrará músculo ante el gobierno de Javier Milei con una movilización a favor de los jubilados, el 9 de abril, y un paro general el día posterior. Se trata de una decisión por parte de la central obrera basada en varios números.
La primera cifra que se encargan de mostrar desde la calle Azopardo es que tienen más de cuarenta gremios que confirmaron su adhesión a la convocatoria para reclamar aumentos en los haberes de los adultos mayores y a la huelga del 10 del próximo mes. Se trata de una lista conformada por los gremios aeronáuticos, bancarios, de la educación, marítimos y, fundamentalmente, ferroviarios y colectiveros, claves para que la medida de fuerza tenga potencia.
Los derechos humanos no son de izquierda ni de derecha: son de todos y de todas
La motosierra libertaria en el empleo público, que generó casi 41 mil despidos en el sector, encendió las alarmas de UPCN, el sindicato que nuclea a los estatales y que comanda Andrés Rodríguez, uno de los integrantes de la mesa chica de la calle Azopardo e identificado con el ala de los independientes. El gremio el año pasado fue a la Justicia para lograr reincorporaciones de empleados y realizó distintas movilizaciones, como este mes en rechazo a los más de 1.800 despidos en la Secretaría de Infancia, Adolescencia y Familia que depende del Ministerio de Capital Humano de Sandra Pettovello, una de las carteras que despidió más personal.
La Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), el otro gremio que representa al personal del Estado que no está dentro de la CGT, también tiene números que enseñar y se suma a la convocatoria que hizo la central obrera de mayor relevancia del país: anunció un paro de 36 horas para el 9 y el 10 de abril. El sindicato además denuncia que más de 50 mil trabajadores corren el riesgo de ser despedidos en la Administración Pública cuando finalice marzo.