El enfrentamiento entre dos grupos comenzó por un incidente dentro del local bailable Cyrux y la intervención de se trasladó hacia la plaza Ejército de Los Andes de la localidad, donde Lautaro Alvarado, de 19 años, recibió reiterados golpes en la cabeza. Hay un agresor que ya fue identificado y se encuentra prófugo.
Un joven de 19 años fue atacado a golpes y quedó con muerte cerebral luego de una pelea que comenzó dentro de un boliche de la localidad de Gregorio de Laferrere, en La Matanza, y continuó en una plaza situada a una cuadra, informaron este miércoles fuentes policiales y judiciales.
“Me lo mataron, creo que es la tercera o cuarta vez que salía a bailar, no más que eso. Me lo mataron igual, la ambulancia no venía, un patrullero no lo quería llevar”, dijo Diego, padre de la víctima, en declaraciones formuladas esta mañana al canal TN, mientras que los investigadores lograron identificar a uno de los agresores tras analizar las cámaras de seguridad del ingreso al boliche y de comercios cercanos y ya se emitió una orden de captura y se intenta establecer la identidad de un segundo sospechoso.
El hecho comenzó la madrugada del pasado domingo en el interior del boliche “Cyrux”, situado en avenida Luro y Pedro Obligado, de Laferrere, adonde Lautaro Diego Emanuel Alvarado había concurrido con amigos.
De acuerdo a lo establecido hasta el momento, en el local bailable se generó una pelea entre el grupo en el que estaba Lautaro y otros jóvenes, que se trasladó a una plaza ubicada a cien metros.
El dueño del boliche “Cyrux” de La Matanza, al que concurrió el joven antes de ser atacado a golpes, aseguró que las cámaras de seguridad registran a un agresor que “le pega una patada en el pecho o en la cara” y que “después escapó en una moto”, aunque señaló que no puede identificarlo porque no lo conoce.
Alberto manifestó su consternación y lamentó la agresión que recibió Lautaro, quien esta tarde permanecía internado en terapia intensiva con muerte cerebral, y explicó que cuando observó que se había originado una pelea llamó al teléfono de emergencias 911 para denunciar lo que ocurría.
“Eran tres o cuatro jóvenes que estaban molestando a los amigos de Lautaro, porque le habían roto los anteojos, por eso decidimos sacarlos del local. Después, Lautaro y sus amigos salieron por su cuenta porque estos chicos les dijeron que le iban a pagar los anteojos. Estuvieron hablando acá en la vereda lo más bien, como diez minutos”, relató Alberto en declaraciones al canal de noticias TN.
El dueño del boliche consideró que “lo de los anteojos fue a propósito” para poder generar una pelea y remarcó: “Nosotros sacamos al grupo que estaba molestando a Lautaro y sus amigos. Eran tres o cuatro”.
Luego, si bien no pudo identificar al agresor que atacó y dejó malherido a Lautaro, dijo que pudo observar en las imágenes de las cámaras de seguridad a uno que “le pegó una patada en el pecho o en la cara y después le pegó a un par de chicos más, para después subirse a una moto y escapar”.
Finalmente, Alberto dijo que Lautaro estuvo alrededor de 10 minutos tirado en el piso y que después vino un patrullero que se lo llevó al hospital.
En un momento de la pelea que involucraba a varios jóvenes, Lautaro cayó al piso, donde recibió fuertes golpes en la cabeza hasta quedar inconsciente.
El joven fue primero llevado al Hospital Germani, de Gregorio Laferrere, y luego derivado a la Clínica Mariano Moreno, del partido de Moreno, donde se encuentra actualmente internado con muerte cerebral, agregaron los voceros.
El hecho es investigado por el fiscal Matías Folino, a cargo de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) Temática Homicidios Dolosos del Departamento Judicial La Matanza, quien ordenó diferentes medidas para la captura del principal agresor, quien aún permanece prófugo.
“Ya se libró una orden de captura y se realizó un allanamientos, pero el momento no hubo novedades”, dijo a Télam un investigador.
Uno de los amigos que estaba con la víctima al momento de la pelea declaró que el hecho se inició cuando un joven se tomó a golpes de puño con uno los integrantes de su grupo porque le habían roto los lentes adentro del boliche.
Por tal motivo, el personal de seguridad del local decidió expulsar a todos los que habían participado de la pelea.
La salida de la víctima y sus amigos del boliche quedó registrada por una cámara de seguridad del mismo local y hasta ese momento no se notaron hechos de violencia.
Sin embargo, Lautaro y sus amigos caminaron hacia la Plaza Ejército de los Andes, ubicada a menos de 100 metros del local bailable y allí fueron atacados a golpes.
Según dijo el padre de la víctima a la prensa, a su hijo “nadie lo ayudó y le pegaron entre varios”.
“No fue una pelea mano a mano. No eran cuatro contra cuatro, eran muchos más. Alguno fue el que le pegó una patada de atrás en la nuca y le quebró el cráneo. De una forma lo agarraron y lo tiraron al piso y otro le pegó”, detalló Diego al canal Crónica HD.
Tras asegurar que lo ocurrido con su hijo es lo mismo que sucedió con Fernando Báez Sosa, el joven asesinado a golpes en la puerta de un boliche de Villa Gesell en 2020, Diego manifestó que Lautaro “era todo un ejemplo y ayudaba a su madre, salía poco y jugaba a la pelota”
“El último mensaje con él fue a las 3.30 y me dijo que me quedara tranquilo, que todo estaba bien”, recordó conmocionado.
De acuerdo al parte médico de la clínica Mariano Moreno, dado a conocer por el médico Alejandro Cilento, el joven llegó derivado en ambulancia y en el traslado “presentó varios episodios convulsivos que fueron tratados”, aunque “ingresó con un deterioro de la conciencia profundo”.
“Pasamos a hacerle las imágenes, tomografías de tórax y de cerebro, donde se observaron múltiples contusiones a nivel toráxico, con una contusión pulmonar derecha muy grave y una contusión cerebral grave”, agregaron desde el centro asistencial, al tiempo que explicaron que “se está tratando de mantener la función de los órganos vitales”.
Esta tarde, el padre de Lautaro contó que la noche del sábado su hijo le había pedido ir a bailar y que cerca de las 3.30 de la madrugada del domingo le envió un mensaje diciéndole que estaba todo bien.
“Después, a las siete de la mañana, vinieron a mi casa a decirme que mi hijo estaba convulsionando porque le habían pegado a la salida del boliche. Yo llegué a estar con él, estaba consciente, pero se me dormía en los brazos. Lo querían trasladar a un hospital para atender a pacientes con mayor complejidad, pero no venía la ambulancia. Tardó 14 horas en venir”, relató Diego a la prensa.
Esta tarde, fuentes judiciales aseguraron que el joven permanecía internado en terapia intensiva y que presentaba una muerte cerebral.