La ex mandataria y el gobernador bonaerense se mostraron juntos para bajar la tensión en el aniversario 47 de la asociación Abuelas de Plaza de Mayo.
La ex mandataria nacional Cristina Kirchner y el gobernador bonaerense, Axel Kicillof, se reencontraron hoy en La Plata para compartir un acto por el aniversario 47 de la asociación Abuelas de Plaza de Mayo y le pusieron paños fríos a la interna en el Partido Justicialista (PJ).
Con la presidenta de la organización por los derechos humanos Estela de Carlotto como mediadora, Kicillof y Fernández de Kirchner se mostraron juntos para bajar la tensión en el frente opositor, que se encamina a una disputa partidaria el próximo 17 de noviembre.
La foto se dio anoche durante un evento organizado por el Instituto Cultural de la Provincia en el Teatro Argentino platense, donde el mandatario provincial y la ex jefa de Estado compartieron por primera vez un evento desde que estallara la interna por la conducción del PJ.
La imagen entre la ex jefa de Estado y el mandatario provincial llegó luego de que Kicillof había pedido el sábado pasado por la “unidad” en el peronismo y llamó a dejar de “reproducir” las “metodologías y conductas” que llevaron al espacio opositor a la derrota en las elecciones presidenciales del año pasado.
“Encontremos la unidad y dejemos de reproducir metodologías conductas que nos trajeron hasta acá”, expresó Kicillof, en una carta que hizo pública para responder a los cuestionamientos de la facción del peronismo que respalda a la ex jefa de Estado.
En el mismo documento, el mandatario provincial se refirió a la figura de Cristina Kirchner, quien lo había acusado de ser “Poncio Pilatos” y un “Judas” por respaldar, de forma solapada, la candidatura de Quintela.
“Cristina está en el corazón del pueblo, también en el mío y no tengo que rendir examen de ese sentimiento”, subrayó Kicillof acerca de la ex vicepresidenta.
Con relación a los desacuerdos dentro del PJ, el gobernador sostuvo que nadie debería esperar que “libre una guerra interna; la historia no nos lo perdonaría y el futuro tampoco”.
En tanto, Kicillof sostuvo que no quiere “estimular peleas entre compañeros”, pero tampoco puede “convalidar el equivocado mecanismo de que cualquier diferencia o crítica desate el disciplinamiento”.